Ahora nos damos cuenta de que el estado psicológico de una persona está estrechamente relacionado con su forma de pensar. Cuando estamos deprimidos, tendemos a distorsionar los hechos, como si miráramos el mundo a través de un cristal gris: parece menos luminoso que a través de uno transparente.
La depresión distorsiona nuestra capacidad de ver el mundo objetivamente, añadiendo elementos a nuestra percepción que no favorecen la salud psicológica ni el optimismo. Hoy hablaremos de algunas de estas características.
Hablamos de las distorsiones cognitivas, también conocidas como errores de pensamiento, un elemento clave de la terapia cognitivo-conductual.
Para entender los errores cognitivos, entendamos qué es la cognición. Es la capacidad de conocer, comprender y procesar la información recibida a través de los sentidos.
La cognición nos ayuda a percibir, comprender y recordar el mundo que nos rodea, así como a tomar decisiones y resolver problemas.
En resumen, la cognición es un proceso cognitivo en el que intervienen pensamientos, imágenes y representaciones.
Así pues, las distorsiones cognitivas son errores de pensamiento que se producen cuando el cerebro procesa la información y que interfieren con el pensamiento lógico.
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Se trata de distorsiones en la interpretación del significado de lo que ocurre, cuando la visión que una persona tiene de la realidad no coincide con los hechos y la propia realidad.
Si nuestro pensamiento se atasca en significados simbólicos distorsionados, razonamientos ilógicos e interpretaciones erróneas, nos volvemos ciegos y sordos a la realidad.
Aaron Beck
En nuestro apéndice, hemos destacado las distorsiones cognitivas más importantes que pueden explorarse en la página correspondiente del diario de pensamientos automáticos.
En este curso analizaremos en profundidad tres de los errores más comunes. Empecemos por la distorsión del "debería".
La deferencia consiste en creencias rígidas de que algo debe o no debe ocurrir. Estas creencias crean exigencias sobre uno mismo, los demás y el mundo.
Esta distorsión es extremadamente común: creamos un modelo rígido del mundo y, cuando la realidad no se ajusta a esos estándares, experimentamos emociones negativas.
Ejemplos de deuda:
La palabra "debería" implica que no hay alternativas, aunque de hecho a menudo existen. La deuda crea la ilusión de un mundo ideal, y cuando vamos más allá, nos enfrentamos a una cruel realidad.
Esta distorsión nos priva de elección al condicionarnos a actuar de una determinada manera o a experimentar culpa y otras emociones desagradables.
¿Cuál es el peligro de la oughtness? En el pensamiento adaptativo, la discrepancia entre las percepciones y la realidad no causa problemas, porque la persona comprende que no todos los deseos son realizables.
Sin embargo, en el pensamiento desadaptativo, el propio modelo del mundo tiene más peso que la realidad. El modelo se percibe como absoluto, mientras que la realidad se percibe como errónea.
¿Cómo trabajar con esta distorsión? El primer paso es la toma de conciencia. Observa tus pensamientos y anótalos cuando contengan "debería", "debo", "tengo que". Esto te ayudará a entender cómo los "debería" afectan a tus emociones.
El segundo paso es desafiar. Hazte las preguntas: "¿Por qué creo que debería ser así?" y "¿Qué pruebas hay de que debería ser así?".
El tercer paso es buscar alternativas. Sustituye "debería" por "me gustaría" o "estaría bien". Por ejemplo:
Por último, te invitamos a practicar la detección y mitigación de la distorsión cognitiva del "deber" en tu vida cotidiana. Empieza por observar atentamente tus pensamientos y reacciones en distintas situaciones.
Preste atención a los momentos en los que tiende a utilizar las palabras "debería", "debo" o "debería", y hágase preguntas para cuestionar esos pensamientos automáticos.