Al principio, el camino para la TCC no fue claro.
Los analistas freudianos y otros investigadores contemporáneos criticaron la teoría de Beck por su "superficialidad" y señalaron la falta de base probatoria. También fueron atacados por las compañías farmacéuticas, cuyas ganancias de medicamentos psicotrópicos se veían amenazadas.
La formación de una base de evidencia tomó tiempo.
En 1977, el psicólogo realizó ensayos con pacientes con depresión que demostraron que la terapia cognitivo-conductual era más efectiva que la imipramina, el antidepresivo más efectivo de esa época.
Actualmente, existen más de 200 experimentos extensos que prueban la eficacia del método para diferentes casos.
Aquí presentamos algunos ejemplos que demuestran que la TCC es efectiva en una variedad de problemas psicológicos:
Se dice que los números gobiernan el mundo. No, solo muestran cómo se gobierna el mundo.
Johann Wolfgang von Goethe
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Hemos hablado de en qué es realmente buena la TCC, pero nuestra historia estaría incompleta sin mencionar en qué casos no debería limitarse a ella.
Si tienes un trastorno mental grave, como esquizofrenia o trastorno bipolar, la TCC por sí sola será insuficiente, probablemente necesitarás tratamiento farmacológico.
Y recuerda:
No te autodiagnostiques, solo un especialista puede entender cuán grave es tu problema psicológico.
Siempre recomendamos consultar a un psicólogo, recuerda, ¡tu salud mental vale la pena!
Ahora que, espero, estás convencido de la eficacia de la TCC, vamos a lo más interesante: ¡sumergirnos en el concepto principal!
