Del capítulo anterior ya sabemos que nuestros pensamientos afectan las emociones y las reacciones corporales.
Ahora, partiendo de los conceptos básicos, podemos avanzar a las entidades con las que trabajaremos directamente.
Pensamos durante mucho tiempo sobre cómo representar de manera más vívida la jerarquía de las creencias humanas dentro del marco de la TCC, y decidimos que un árbol serviría como la ilustración ideal.
Imagina un árbol de manzano frente a ti. Esta es una ilustración de tu conciencia. En la cima de este árbol hay frutas: algunas de ellas maduras y jugosas, pero otras podridas y con gusanos.
En esta ilustración, las frutas representan los pensamientos.
En la TCC, tales pensamientos se llaman "automáticos", porque son numerosos y fugaces, surgen automáticamente en nuestra mente.
Son tantos y tan fragmentarios que a menudo ni siquiera nos damos cuenta de su presencia.
No son los eventos, sino nuestras opiniones sobre ellos, lo que nos hace felices o infelices.
Epicteto
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Realicemos un experimento mental.
Imagina que estás sentado en un cine esperando el inicio de la película.
De repente, la mujer sentada en la fila frente a ti salta y le da una bofetada a su vecino.
La situación es estresante e inesperada para ti. Intenta imaginar qué pensamientos surgirían involuntariamente en ti y qué emociones sentirías.
No conocemos tu camino de vida y no podemos imaginar lo que podrías pensar.
Sin embargo, aprovechando el derecho de autor del texto, agreguemos dos personajes: tus vecinos.
A tu izquierda se sienta una mujer de más de 40 años, que en el pasado se enfrentó repetidamente a la violencia doméstica. Aquí está su esquema de reacciones:
Pobrecita, probablemente en casa lo pagará caro por esto.
Tristeza, miedo, desesperación.
Apenas conteniendo las lágrimas.
A tu derecha, un joven que recientemente ha pasado por un largo y difícil proceso de divorcio.
¡Qué bruja! ¡No pudo esperar a estar en casa para evitar hacer un escándalo en público!
Ira.
Puños apretados, presión arterial elevada.
Como puedes ver, el mismo evento desencadena reacciones completamente diferentes en diferentes personas, condicionadas por sus experiencias de vida.
Los pensamientos iniciales, incontrolables, son precisamente automáticos.
Pero entonces, ¿por qué diferentes personas tienen diferentes pensamientos?
¿Y eso significa que ante cualquier situación negativa estamos obligados a caer en un ciclo de pensamientos y emociones que nos llevarán a la depresión?
¡No!
Aunque los pensamientos automáticos surgen en todas las personas, no para todos se convierten en una causa de problemas psicológicos.
El asunto es que la aparición de ciertos pensamientos automáticos está condicionada por razones profundas.
Así como las frutas en el árbol no cuelgan en el vacío, sino que se basan en el tronco y las raíces, así los pensamientos automáticos se basan en creencias intermedias y profundas.